Les tengo una buena noticia y otra no tan buena. Empecemos por la no tan buena todo lo que he compartido en artículos previos considero que no es nada nuevo siempre se ha hablado de la importancia de ser buenas personas o como lo llaman muchas organizaciones de la importancia del factor humano, de la necesidad de tener líderes que se preocupen por sus colaboradores, de seguir aprendiendo, desarrollándonos, de tener planes de sucesión, de invertir en nosotros como personas y las personas que nos rodean. En la medida que estemos mejor habilitados nosotros como personas, nuestras familias, nuestros equipos de trabajo, nuestras organizaciones lograremos todos tener más y mejores resultados.
Hace algunos años alguien me conto una historia (disculpen sino la recuerdo con detalles) era de un barco pesquero japones en el cual a los pescadores les pedían al llegar al puerto que los peces estuvieran vivos ya que eso de alguna manera garantizaba la frescura de los peces y por consiguiente una mejor paga. Hubo varias ideas sobre cómo hacer que los peces llegaran vivos algunas fueron muy buenas y otras no tanto, sin embargo, la mejor de todas ellas fue tener un gran estanque dentro del barco donde los peces eran vaciados, dentro de dicho estanque había pequeños tiburones que en esencia no se comían los peces, pero hacían que estuvieran en constante movimiento, es decir no dejar que los peces se queden quietos y mueran.
Por naturaleza humana (Esto se lleva a un nivel fisiológico de nuestros cerebros), tendemos a buscar la estabilidad a evitar aquello que de alguna manera nos va a causar un esfuerzo o potencialmente causar un posible daño (a veces imaginario y que tal vez nunca suceda), esto tampoco es nuevo sin embargo todos los cambios tanto personales como organizacionales generalmente vienen acompañados de una experiencia o necesidad de supervivencia o cambio muy fuerte, de otra manera difícilmente este cambio es real y perdurable en el tiempo. Es decir, en la mayoría de las ocasiones los cambios trascendentales son más reactivos que proactivos y normalmente vienen acompañados de un factor externo lo suficientemente fuerte para hacer que nos movamos y evolucionemos, ¡un Tiburón!
Les mencione que les tenía una buena noticia. Con las nuevas generaciones como las de los Millenials tan criticada, atacada este tiburón ya está aquí, forzándonos a evolucionar al demostrarnos que las viejas formas de administrar las organizaciones y trato de las personas ya no funcionan de la misma manera.
Las estadísticas de firmas reconocidas tales como Gartner reportan que a nivel mundial solo el 15% de la plantilla laboral de las organizaciones se encuentra comprometida y dramáticamente la tendencia se muestra a la baja. En México el 18% de los colaboradores dejan una organización por falta de crecimiento profesional y 18% por situaciones relacionadas con el líder o clima laboral
Es increíble observar cómo los colaboradores simple y sencillamente se están rotando de empresa en empresa, como las organizaciones se limitan a dar entrenamientos que la mayoría de las veces son motivados para cumplir con una norma y pocas veces para cerrar esa brecha de competencias de una forma real y sostenible que van a llevar a la persona “adecuada” y a la organización al siguiente nivel.
He podido observar cómo todavía se sigue cometiendo el error de promover o contratar a aquellas personas que potencialmente han dado muy buenos resultados (¡El Qué!) pero cuyas habilidades sobre todo de trato humano elementales para hacerse cargo de un equipo de trabajo son aún deficientes y cuyo daño colateral es bastante alto en términos de resultados a mediano – largo plazo, compromiso, retención del conocimiento, los cuales al final del día se traducen ingresos para las organizaciones.
Peor aún a veces perdemos a un excelente colaborador el cual daba muy buenos resultados y que incluso con su colaboración dejaba un buen nivel de ingresos para la organización para tener a un mal líder.
¿Te imaginas cometiendo este tipo de error con uno de tus vendedores estrella? ¿O que tal con tu mejor ingeniero, colaborador de recursos humanos, finanzas o IT?
¿Esperamos que nuestras organizaciones tengan un buen desempeño, cuando en el mejor de los casos, el 15% de nuestros colaboradores se siente satisfechos con lo que hacen y/o el ambiente laboral en el que se desenvuelven?
Si pudiéramos tener una mejora por mínima que sea, ¿Cuánto representaría en los objetivos a mediano, largo plazo e ingresos para estas organizaciones?
Por eso agradezco que tengamos Millenials que ya retan más activamente a las organizaciones para tener un objetivo o causa clara por la cual trabajar, a tener un balance de Vida – Trabajo; por lo cual, el ofrecerles un trabajo y tener un sueldo ya no son suficientes, nos están demandando algo más.
¿Y tú ya identificaste tus tiburones? ¿Qué vas hacer diferente este año para lograr tus objetivos?
Me encantaría saber tus comentarios y porque no, profundizar más en estos temas que tanto me apasionan.



