Acéptalo, tu posición puede hacerte ver más intimidante de lo que realmente eres. ¿Lo has pensado?

¿Les ha pasado que a veces alguno de los líderes de la organización puede hacer algún simple comentario o recomendación y estas se consideran como si fueran ordenes? Muchas veces estas órdenes no son cuestionadas o incluso se toman acciones que simple y sencillamente no eran necesarias.

Diversos estudios han demostrado que en una organización los colaboradores piensan dos veces antes de expresarse lo cual es principalmente causado a que perciben a sus compañeros o líderes como intimidantes. Debido a la influencia que tienen los líderes en la organización es importante que acepten esta realidad. Este efecto, es muy dañino ya que los líderes deberían de ser percibidos de una forma completamente opuesta, es decir como personas accesibles dispuestas a escuchar, apoyar y trabajar de la mano con sus colaboradores para habilitarlos y sacar adelante los retos que la organización misma demanda.

Es muy importante que como líderes no subestimemos lo intimidante que puede ser nuestro puesto o imagen, que estemos conscientes de lo que representa y que lo manejemos adecuadamente.

Por lo general en la medida que nuestra posición va aumentando, también aumenta el nivel de preocupación acerca de lo que pensamos sobre otras personas, de cómo hacerle para no molestarnos, lo cual se convierte en una barrera natural para que nos compartan sus ideas, problemas, sugerencias lo cual limita la resolución de los problemas y crecimiento de la organización.

Lo paradójico del asunto es que entre más subimos el escalafón organizacional, se nos hace más fácil hablar con el fin de esperar cambios positivos y fácilmente tendemos a olvidar el impacto de nuestros comentarios y lo difícil que es para los colaboradores con menor experiencia el tener confianza y seguridad para poder expresarse.

Sino estas consciente del poder de estas etiquetas organizacionales, seguirás comunicándote de igual forma con todos los que te rodean, causando un impacto negativo para ti, tus colaboradores y organización en general.

Por eso cuida mucho tu lenguaje verbal y no verbal, como reaccionas en tus interacciones y se más intencional / directo al solicitar retroalimentación con respecto a que tan accesible eres a través de preguntas mucho más específicas tales como: ¿Dime una cosa que debo de hacer o cambiar para que te acerques más a mí y me externes tus ideas?

Reitz M. & Higgins J. (2019), Managers, you’re more intimidating than you think, Harvard Business Review

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